La realidad de nuestro sistema de salud
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La realidad de nuestro sistema de salud
La realidad de nuestro sistema de salud.
El tiempo de formación, previa y continua, y la responsa- bilidad que
implica una función tan delicada como cuidar la vida de los seres
humanos, requieren necesaria- mente que tanto los profesiona- les como
el personal, cuenten con una fuente de ingresos estable y digna, así
como condiciones de seguridad laboral y los insumos correspondientes, es
decir, lograr tener un trabajo decente, según lo establece la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Autor Dr. Jorge Coronel.
Presidente del Círculo Médico de Salta y Secretario Gremial de la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA).
Fuente Confederación Médica de la República Argentina (COMRA).
Las condiciones laborales en el sector Salud resultan fundamentales para
poder brindar un servicio de calidad. El tiempo de formación, previa y
continua, y la responsabilidad que implica una función tan delicada como
cuidar la vida de los seres humanos, requieren necesariamente que tanto
los profesionales como el personal, cuenten con una fuente de ingresos
estable y digna, así como condiciones de seguridad laboral y los insumos
correspondientes, es decir, lograr tener un trabajo decente, según lo
establece la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La realidad en la Argentina es que desde hace muchos años existe un
marcado deterioro del poder adquisitivo de los médicos que atienden en
los tres subsectores -público, privado y de la Seguridad Social-, donde
gran parte de la deuda del APE es para cancelar la deuda de los
profesionales prestadores, que financiaron con su trabajo la salud de
los afiliados.
Los reclamos salariales en distintos hospitales de nuestro país no hacen
más que manifestar la pauperización de las condiciones y la desigualdad
en que ejercen la profesión. Aquellos que buscan condiciones de
ingresos más dignas deben apelar al multiempleo, a guardias agotadoras y
mal pagas, que los llevan a sentirse desmotivados, desvalorizados.
Los profesionales médicos están frente a una carrera que requiere una
formación de siete años, más la residencia o concurrencia, los años de
especialización y luego la formación continua, la certificación y
recertificación… tanto esfuerzo, tanta responsabilidad para ganar una
remuneración similar a la que puede estar recibiendo un empleado, sin
formación previa, en una oficina.
El médico es parte de su comunidad, una sociedad empobrecida y con la
salud deteriorada, que no recibió del Estado políticas sociales y
sanitarias que contribuyan a salir de esta situación en forma
sustentable, incluso en épocas de mayores ingresos y de bonanza del
país. Entonces debemos preguntarnos qué nos espera en un contexto de
crisis global, con pronósticos alarmantes para todas las sociedades.
Se advierte que a pesar de la recuperación del trabajo, puede
desplomarse el empleo, por lo que muchos ciudadanos pueden perder su
cobertura de salud y entonces aumentará la demanda en el subsector
público, a la vez que aumentan los indicadores de pobreza y
vulnerabilidad, junto a los deteriorados indicadores sanitarios. Es
decir, los recursos no están donde están los problemas.
Ante la crisis, aumentan los medicamentos, la tecnología, pero los
ingresos médicos no lo hacen. Se incrementan otros factores a costa del
honorario médico, existe una transferencia de una fracción de capital a
otro, perdiendo la fracción del capital humano. Sin embargo, poner
dinero en los servicios, no significa mejorar el sistema sanitario ni
los indicadores de salud de la población.
El sistema de salud está muy fragmentado, lo que se traduce en brechas
de acceso y calidad en la atención obteniendo un bajo rendimiento con
los recursos asignados al sector debido a una indefinición crónica del
modelo sanitario sin que nadie levante la voz ante el agotamiento de
este sistema de salud.
Al Estado le compete velar por el bien tutelado de la salud como un bien
público, en un marco de transparencia y fundamentalmente libre de
corrupción en la gestión, para que todos confiemos en él. Es por eso que
ante este contexto, las políticas de salud deberán, claramente,
establecer prioridades, ser firmes, y por primera vez transformarse en
verdaderas políticas de Estado, si es que nuestras autoridades tienen
como objetivo el progreso y crecimiento del país. Sólo con una población
sana se puede lograr un desarrollo sustentable en el futuro.
Autor
Dr. Jorge Coronel.
Presidente del Círculo Médico de Salta y Secretario Gremial de la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA).
Fuente
Confederación Médica de la República Argentina (COMRA).
Fotografía
Foto:Jano.es.
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