Obesidad
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10082011
Obesidad
Obesidad
Una sustancia generada por el organismo podría dar lugar a nuevos fármacos contra la obesidad
La oleiletanolamida (OEA), producida por el intestino delgado, podría
actuar a través de sensores periféricos para activar los mecanismos
cerebrales que regulan el apetito y la saciedad.
Fuente JANO.es y agencias.
La oleiletanolamida (OEA) podría actuar a través de sensores periféricos
para activar los mecanismos cerebrales que regulan el apetito y la
saciedad, dando lugar a nuevos tratamientos para combatir la obesidad y
otros trastornos de la alimentación, según una investigación del Centro
de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la
Nutrición (CIBERobn), publicada en Neuropharmacology.
Este componente natural, derivado de los ácidos oleicos y producido en
el intestino delgado, ejerce un papel clave en los mecanismos cerebrales
que regulan la ingesta y el gasto calórico. La ventaja que ofrece su
posible uso farmacológico radica en que su efecto anorexígeno (supresor
del apetito) es periférico, a diferencia de la activación directa de
ciertas vías cerebrales de la mayoría de los medicamentos inhibidores
del hambre que existen hoy en día.
Los experimentos se realizaron en ratas Wistar machos en condiciones de
ayuno con el objetivo de evaluar si las acciones anorexígenas del OEA
son mediadas por la modulación de las señales centrales o periféricas
involucradas en la regulación de la alimentación.
"La administración de OEA indujo cambios en la actividad hipotalámica,
pero carecía de efecto sobre la expresión de neuropéptidos (pequeñas
moléculas con función cerebral tanto estimulante como inhibidora) en los
núcleos neuronales. Además, el OEA produjo cambios periféricos en los
péptidos intestinales", apunta el coordinador de la investigación, el
doctor Fernando Rodríguez de Fonseca, del Hospital Universitario Carlos
Haya de Málaga.
"Podemos decir pues que el OEA puede actuar a través de sensores
periféricos para activar los mecanismos cerebrales que regulan la
alimentación, lo que podría dar lugar a nuevos métodos de tratamiento de
los trastornos alimentarios y la obesidad", señala el jefe de grupo del
CIBERobn.
"Es el componente periférico de la actividad del OEA el
que resulta especialmente interesante en términos de enfoques
terapéuticos para combatir los trastornos alimentarios y la obesidad, ya
que la falta de efectos centrales de este nuevo tipo de señales podría
dar lugar a tratamientos seguros y libres de los efectos adversos sobre
el sistema nervioso que tienen algunos de los medicamentos que hoy en
día se utilizan como inhibidores del apetito", explica el experto.
'Pegamento molecular'
Estos fármacos, que son absorbidos en el aparato digestivo de forma
inmediata y alteran el sistema nervioso central, pueden provocar
dependencia a causa de sus componentes psicotrópicos; además de otras
consecuencias fatales como arritmias, crisis de hipertensión o
accidentes cerebro vasculares.
Asimismo, la oleiletanolamida también ejerce un papel clave en la
fijación de recuerdos a largo plazo, según un reciente estudio de la
Universidad de California en Irvine, Estados Unidos, que probó que
consolida la memoria o el proceso por el que los recuerdos superficiales
a corto plazo se transforman en recuerdos con sentido.
En este caso, se descubrió que administrar OEA a roedores se aumentaba
la retención de la memoria, actuando de "pegamento molecular", al ayudar
a los mamíferos a recordar dónde y cuándo habían tomado una comida.
Así, la relación entre OEA y la fijación de recuerdos a largo plazo
podría también abrir ventanas a la lucha contra enfermedades
neurodegenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson.
Neuropharmacology (2011); doi:10.1016/j.neuropharm.2006.03.029
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Elsevier
Neuropharmacology
Fuente
Jano.es.
Fotografía
Foto: Jano.es.
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